jueves, 27 de mayo de 2010


“Estos nuevos beatos han acompañado y compartido, con su oración y su testimonio evangélico, el camino de su hija llamada por el Señor a consagrarse a Él sin reservas entre las paredes del Carmelo“, explicó el Papa desde el Santuario de Pompeya, cerca de Nápoles (Italia).

“Con su vida de matrimonio ejemplar han anunciado e Evangelio de Cristo -añadió el Papa hablando en francés–. Han vivido ardientemente su fe y la han transmitido en su familia y a su alrededor“.

“Que su oración común sea fuente de alegría y de esperanza para todos los padres y todas las familias”, deseó.

El ejemplo de amor de los nuevos beatos el Papa lo sintetizó con una expresión escrita por su hija: “En el corazón de la Iglesia, mi madre, seré el amor“.

miércoles, 19 de mayo de 2010


La primacía de Dios en la familia Martín da resultados concretos, no sólo mediante la oración, sino también por su estilo de vida: la fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia Católica, el trabajo honesto, la justicia y la caridad en las mismas relaciones con los empleados, la regularidad participación en las peregrinaciones litúrgicos, y el compromiso de los movimientos católicos, especialmente para M.Martín.


P. Antoine-Marie Leduc, o.c.d.

sábado, 15 de mayo de 2010


Si la familia Martin confiaba en la Divina Providencia, no fue porque no sabían ganarse la vida a fuerza de sacrificios con el trabajo cotidiano: Luis era muy trabajador y buen negociante (también escrupuloso observador del descanso dominical); Celia destacaba en su capacidad y habilidad en el trabajo, pero también por las virtudes de compasión y solidaridad para con las obreras que trabajaban en su taller (solía visitar a las enfermas en sus casas los domingos) y las chicas que trabajaban en su hogar, (haciendo el trabajo que les tocaba cuando se enfermaban, tratándolas de "hermana", velando por su formación moral...). Y de lo mucho o poco que tenían, los dos estaban siempre prestos a compartir.

fuente: autorescatolicos.org

miércoles, 5 de mayo de 2010


En la casa de Martin, los niños aprendieron de sus padres el camino de la rectitud. Louis y Zélie fueron conscientes de su autoridad como padres, pero fue a través de su testimonio, que llegaron a la obediencia y devoción de sus cinco hijas. Céline declaró más tarde: "Nunca oí uno de nosotros en casa dicen una palabra falta de respeto a nuestros padres, ni siquiera un uno fuera de la mano ... ¡Hemos obedecido del amor. "
Luis podría estar enojado, pero él nunca fue violento hacia sus hijas.