jueves, 30 de octubre de 2008
JUNTOS EN TODO !!
El gran dinamismo de Luis Martin no recuerda en nada a aquel «dulce soñador», como se le ha descrito a veces.
Para ayudar a Celia, que se encuentra desbordada por el éxito de su empresa de encajes, abandona la relojería. El encaje se trabaja en piezas de 15 a 20 centímetros, empleándose hilos de lino de una gran calidad y de una finura extrema.
Una vez ejecutado el «trazo», el «pedazo» pasa de mano en mano según el número de puntos de que se compone – existen nueve, que constituyen otras tantas especialidades.
A continuación se procede a su encajadura, una delicada labor que se consigue mediante agujas e hilos cada vez más finos. Es la propia Celia quien une de manera invisible las piezas que le traen las encajeras que trabajan a domicilio.
Pero hay que buscar salidas para el producto, y Luis destaca en el aspecto comercial y hace que aumenten considerablemente los beneficios de la empresa. Sin embargo, también sabe encontrar momentos de descanso y de ir a pescar.
Además, los esposos Martin forman parte de varias asociaciones piadosas: Orden Tercera de San Francisco, adoración nocturna, etc.
La fuerza que necesitan la obtienen de la observancia amorosa de las prescripciones y de los consejos de la Iglesia: ayunos, abstinencias, Misa diaria y confesión frecuente.
«La fuerza de Dios es mucho más poderosa que vuestras dificultades – escribe el Papa Juan Pablo II a las familias -.
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