domingo, 1 de noviembre de 2009

Santa Teresita de su papá


Para Teresita su padre es un santo. No le va eso de imponerse y levantar la voz. Rompe los moldes clásicos de la cultura de su época.«Lo que más me llamaba la atención eran los progresos en la perfección que hacía papá; a imitación de San Francisco de Sales, había conseguido dominar su natural vivacidad, hasta el punto que parecía que poseía la naturaleza más dulce del mundo... Las cosas de este mundo apenas parecían rozarle, y se recuperaba con facilidad de las contrariedades de la vida»Tras el Dios de Teresita está la vivencia íntima y poderosa del amor increíble de sus padres. Los grandes valores de la fe, como la gratuidad del amor, no se demuestran, se muestran. Se transmiten por ósmosis y se comunican a través de la vivencia.«¡Adiós, hasta el Cielo!», consigue decir a sus hijas con motivo de su última visita al Carmelo.

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