lunes, 7 de diciembre de 2009

Del matrimonio a la gloria...


Se ha puesto de relieve como enaltecen los hijos a los padres, especialmente si los hijos son santos (Bengoechea) y no es de extrañar por aquello del cuarto mandamiento, y la agradecida piedad de sus corazones filiales. Pero en el caso de Luis y Zélie escribe Bengoechea “no han sido solo sus hijas, sino mucha gente y la misma Iglesia quienes los tienen por muy buenos cristianos y hasta dignos de ser elevados a los altares”. Allí estarán sin duda, pues la Iglesia busca ejemplos de vida laica cristiana para ofrecer a sus fieles.

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