miércoles, 2 de junio de 2010

Celia...


41 Ante la muerte repentina de su hija Elena a los 5 años y media de edad, escribe: "El caso me hizo una impresión que jamas olvidaré; por mi parte no esperaba este desenlace brusco; ni tampoco mi marido. Cuando entró y vió muerta a su pobrecita hija se echo a llorar, suspirando: '¡Elenita mía! ¡Elenita mía!'. A continuación los dos juntos la ofrecimos a nuestro bondadoso Dios... Antes de enterrarla, pasé la noche junto a ella; estaba más bella muerta que viva. Fui yo quien la amortajé y recliné en la caja; creí entonces que me moría... " (Carta a su hermano y cuñada, 24 feb 1870. citada en E.J. Piat, op.cit., 125.

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