jueves, 8 de julio de 2010


Esta primacía de Dios en la familia Martín da resultados concretos, no sólo mediante la oración, sino también por su estilo de vida: la fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia Católica, el trabajo honesto, la justicia y la caridad en las mismas relaciones con los empleados, la regularidad participación en las peregrinaciones litúrgicos, y el compromiso de los movimientos católicos, especialmente para Luis Martín. Nos ilustra este por un solo punto que todavía nos reta en lo actual actual, es decir, la santificación del domingo. No había trabajo ese día. Dios tiene que ser atendidos primero. Y Zélie Martín parece que su esposo era aún más exigentes que en este punto: "Me digo:" Este es un hombre que nunca ha tratado de hacer una fortuna y cuando se puso de pie, su confesor le dijo que abriera la joyería el domingo hasta el mediodía. No quiso aceptar la licencia, prefiriendo perder grandes compradores Y, además, es rico. "Sólo puedo atribuir la facilidad con la que disfruta de algo más que una bendición especial, y su fiel observancia fruto del domingo." (FC 140)

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