sábado, 20 de diciembre de 2008

NOVENA DIA 6º : Noche, Desierto, Purificacion


“Por eso, le fascinare, lo llevare al desierto y le hablare al corazón”.

(os.14)

Oración al Espíritu Santo

Ven, Padre de la luz, Dios de la Caridad. Modela en mi, tus plegarias,

muéstrame la verdad. Haz del fondo de mi corazón,

un carbón siempre encendido con tu fuego.


Que penetre con su llama y llene de Dios.


Ven, Espíritu Santo, que haces a los mártires, los confesores, los apóstoles,

los profetas, los grandes héroes y los grandes corazones.

Si tu solo hicieras lo que el Salvador dice, si tan solo lo imitaras, serias como El.



Reflexión


Nuestras concepciones del desierto, la soledad, de la noche, se mezclan con el abandono, la tristeza, el castigo. Si aceptamos que nuestro tiempo no es el de Dios, entonces podremos entender mejor estas concepciones negativas. Porque Nuestro Padre, no se presenta en las tormentas, las pruebas o las grandes demostraciones. sino como en vida del profeta Elias, por medio del silencio y la suave brisa.

¿No es este el aliento en que los secretos son revelados?


Porque Dios, se nos da de nuevo y ese es el gran misterio del intercambio de amor.

Por nuestra parte sucede cuando nosotros no lo alcanzamos a comprender.
Algunas veces nos negamos a recibir así como nos negamos a dar.

Celia, donó hasta la muerte de sus hijos e hijas; Luis, se dono a si mismo, como la piedra base para construir el horno del holocausto y esa entrega total es coronada ahora en el Cielo.

Por esto, nuestras noches en la tierra, en nuestros desiertos que no son de cielo, el día triunfa sin tocar a la noche, porque sabemos que saldremos victoriosos, es necesario que aceptemos sin violencia, cualquier noche, cualquier desierto, cualquier purificación.

Con el martirio, con un soplo de lanza, sangre y agua brotaron como fuente de vida. Fueron necesarias las lagrimas divinas, para que nosotros entendiésemos el significado.

El soplo de lanza termino con la angustia que presidio el nacimiento. No podía venir antes de la angustia que anunciaba la muerte.

Teresita, deseaba cuando visito el Coliseo recoger la arena, que contenía la sangre seca de los mártires, Celia Martín generó, mediante pruebas físicas y morales una familia santa.

Luis Martín llevo a cabo en el Carmelo, su deseo del sacerdocio y como Moisés después del desierto, no pudo contemplar la tierra prometida.
Leamos de nuevo el texto del Sr. Martín: “Dios abrió el único camino que lleva a todos los hombres a la felicidad, es aquel de contrariedades y cruces. Por el, el Príncipe de los Pastores nos enseña a caminar por medio de la Fé".


Petición


Luis y Celia Martín, enséñennos como ustedes a ser meramente, instrumentos de Dios. Que como Teresita, preparemos en cada Eucaristía, la mesa del alimento y podamos en fidelidad, invitar a Dios a nuestra mesa. Entonces la espera, será presencia y seremos sus siervos.

Oraciones sugeridas


Padre Nuestro
Ave Maria
Te pedimos todo estos por intercesión de Luis y Celia Martín

¡AMEN!

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